domingo, 25 de enero de 2015

Gladys Florimonte: "Tinelli es mi San Cayetano"

El favorito de ExtraShow.Elegida en una encuesta de Clarin.com, la actriz cuenta en Carlos Paz que quiere hacer drama. Y opina que el 70% de los actores no tiene buen nivel.








¿Te acordás de la primera vez que hiciste reír a alguien, Gladys?
Fue en Babilonia, de (Armando) Discépolo, en el teatro San Martín. Hacía de mucama. Y en un momento dado el director me dijo que me veía muy buena vena cómica y que quería que la explote. A partir de ahí, todo cambió. Después trabajé con (Jorge) Corona, y aprendí muchísimo.
No hay muchas mujeres que hacen humor. ¿Por qué?
Ahora, por ejemplo, estoy en Los bañeros se divierten, en el teatro Del Lago de Carlos Paz, con compañeros increíbles, muy talentosos. Pero en mi carrera yo siempre me diferencié en algo. Somos todos comediantes, humoristas, pero hay una cosa que yo sí tengo desde que estudié: aprendí a componer. Si no hago una composición de un personaje, ése trabajo no va conmigo.
¿La clave tuya es que te reís de vos misma?
Totalmente. Y me lo creo. Me tengo que creer el personaje. Si eso no pasa no puedo transmitirlo. Si yo no me divierto, el público tampoco. Me ha tocado hacer personajes que no me gustaban para nada y no me divertían. Pero tenía que hacerlos porque tenía que comer.
La gente cree que los actores trabajan un par de horas, se cambian y listo.
Hay colegas que lo hacen, obvio. Pero los verdaderos actores, los que la remaron, tienen otro comportamiento, como el mío.
¿Vos sos una remadora?
Sí, desde que empecé. Me costó muchísimo llegar. Ahora cualquiera es actor. Cualquiera se sube a un escenario y está todo bien. Son modas. En mi época no. Había gente muy exigente. Yo tengo una voz disfónica y un productor de ATC me dijo que tenía que arreglar el problema de la voz. Hice foniatría. Iba a modular. Me costó mucho. No era la hija de nadie ni tenía una belleza exuberante. Lo único me acompañaba era lo que podía dar.
¿Hay muchos actores de hoy que en tu época no podrían haber actuado?
Muchos.... ¡Muchísimos!
¿Porcentaje?
El 70 por ciento, mirá lo que te digo. Pero son otros tiempos, las cosas cambiaron.
Te definís como una persona con pocas pulgas...
Totalmente. No me gusta algo y te lo digo. Soy hincha en el sentido de que me gusta hacer las cosas bien. Hay que dar un buen espectáculo, eso es lo principal.
¿Qué te parecen las peleas mediáticas?
No me gustan, pero a veces tenés que entrar. Son un mal necesario. Hay que entrar, inventar. El año pasado inventamos algo del aire acondicionado. La obra nuestra (Familia de mujeres) no había trascendido mucho. Trascendían todas menos la nuestra. Se armó un lío con nada... ¿Viste cómo actuamos?
¿Decís, entonces, que con los medios también tenés que ser un poco actriz?
Obvio. Si no te quedás ahí, en la nada. Es parte del juego. En otra época era mal visto. Ahora no.
¿Qué te falta en tu carrera?
Hacer un buen drama. Me gustan los personajes demenciales. Es un desafío muy grande para mí. Me gustaría hacer de una loca desquiciada total. Creo que lo podría llegar a hacer brillante. ¿Viste cuando hacían Mujeres Asesinas? Bueno, ¡nunca me llamaron para hacer eso! Me hubiera encantado. He ido a los psiquiátricos a ver los comportamientos de las personas. Mi fuerte es la observación. No imito a nadie, de lo que veo hago una creación.
Sería raro que te llamen para un papel dramático. Estás muy vinculada al humor.
¿Viste? Acá te encasillan siempre con lo mismo.
La gente en la calle te debe pedir chistes todo el tiempo.
Chistes no mucho, pero sí me dicen: “Sacame la lengüita, como hacías con Marcelo”. La verdad es que a Tinelli le debo un montón. Le debo la gran popularidad. Si bien era conocida, él me dio la popularidad. Nunca me voy a olvidar. Yo tengo mi casa gracias a él. Gracias a la participación y generosidad de laburar con él. En esa época ganaba dos pesos y pasé a ganar un montón. Así me pude comprar mi primer departamento.
¿Hace cuánto fue eso?
Hace poco. Estuve casada, tuve que dejar todo. Mi ex marido no me dejó ni un peso. Empecé a remarla, no tenía nada. Y mi primer departamento fue gracias a ShowMatch.
Si hoy te llama Tinelli...
¡Voy! El me salvó en un momento muy especial de mi vida. Tinelli me salvó la vida. Para mí es mi San Cayetano. Me llama para hacer cualquier cosa y yo estoy. Aunque no salga en televisión, ponele que me dice “vení a barrerme el cuarto piso”, y yo voy. Ni lo dudo.

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