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Flor de la V y Gladys Florimonte cada mediodía en La pelu hacen evidente una química especial, algo que logra sacar lo mejor de cada una, a partir del hecho de estar juntas.
Obviamente Flor de la V es el centro del ciclo, la encargada de conducir a los televidentes a través de los distintos sketches, las entrevistas y las otras secciones, sin embargo, no está sola.
Como un Sancho Panza al servicio de su Quijote, Gladys se adapta a Flor y al vivo del programa, arremetiendo contra los molinos que hagan falta, y siempre que sea necesario.
Cada programa la conductora cuenta con la tranquilidad de saber que a su lado tiene a Gladys para hacer un chiste oportuno, dar un pie a tiempo o improvisar ante cualquier turbulencia del vivo.
Al mismo tiempo sin Flor, Gladys, humorista de raza, no podría explotar su capacidad creativa y de improvisación, durante tanto tiempo en la pantalla. La relación es simbiótica y de ella ambas salen enriquecidas.
La conductora encuentra un arma todo terreno a su lado con la que sentirse más segura al aire; la humorista, una coequiper ideal para hacer crecer a su personaje. Con esta dinámica cada mediodía el dúo transita el programa, lejos de opacarse, creciendo más cada una, a partir de la otra.
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